Luego de la visita al teatro, conocimos el Club Alemán de Buenos Aires, emplazado en un espectacular piso 21 de otro de los edificios de MRA. Un lugar selecto(en el que al principio tuvimos algunos inconvenientes para entrar) hace uso de un par de pisos del edificio para situar su club, con espectaculares vistas tanto al frente fluvial como al interior de la ciudad. Allí se desarrolló un intenso diálogo en cual se discutieron(entre otros cosas) el rol de MRA en la arquitectura del siglo XX en el país, la dicotomía entre su práctica arquitectónica mas racional e ingenieril) y, por ejemplo, la de Clorindo Testa(mas artística y pictórica, por llamarla de algún modo)
Asi dice él cuando le preguntan sobre Clorindo:
¿Me da su opinión sobre Clorindo Testa? Bueno, Clorindo Testa hace una arquitectura contraria a la mía. Como alguien lo ha definido, Testa es un arquitecto-artista, un arquitecto que hace arquitectura pintoresca, que a todo el mundo le agrada. Y él mismo es muy simpático. Yo en cambio hago una arquitectura más bien ingenieril. Para mí, lo ideal sería ser como Nervi, un ingeniero italiano que, además de arquitecto, era proyectista. O Antonio Vilar, que era ambas cosas: ingeniero y arquitecto. Es decir, la arquitectura de Testa y la mía no tienen nada que ver.
Otro punto interesante que se trató fue el sistema de premios que evalúa a los diferentes estudios y arquitectos mas relevantes de estos últimos años. Se discutió el lugar que ocupa el arquitecto que es premiado y tenido en cuenta en esos contextos, y si esta bien o no que no se tenga en cuenta, a la hora de premiar sus logros, a otros profesionales dedicados a construir y proyectar en ámbitos “menos rentables”, por llamarlo de algún modo.
GUIDO DÍAZ DEL RÍO